LA MENTIRA PATOLÓGICA
Desde tres tipologías puede considerarse el tema. Cuando como producto de una alteración mental:
En los tres eventos hay que tener presente si se dicen con pleno conocimiento. En los 2 y 3, si aparte de este requisito, también se incorpora el deseo doloso de causar lesiones emocionales, morales y psicológicas a otros en forma directa o por medio de terceros, los delitos tipificados en los códigos sustantivos, donde resaltan las diversas modalidades de hurto, Lesiones personales y aún el homicidio.
La mentira dicha sin consciencia de lo que se está diciendo, y por supuesto sin dolo; es normal y propia de los niños hasta 7 y 8 años de edad cronológica.
En esta categoría de mentira también están: los retardados mentales severos y profundos y en contadas ocasiones los leves.
Los amnésicos, personas sin memoria, como en la enfermedad de ALZHEIMER, multi-infartos cerebrales y otros estados demenciales.
En los estados delirantes psicóticos inducidos por sustancias o causados por enfermedades, suele darse esta tipología uno de mentiras, lo mismo en el delirio neurótico.
En los decires populares, totalmente al margen de una terminología científica, se les dice a los retardados: “bobos” y a los psicóticos y delirantes neuróticos “locos”.
La tipología dos, involucra a personas totalmente sanas que mienten como producto de su “rabia” interna, aunque sufran ellos mismos. Estas personas solo “alivian” la tensión interna cuando refieren a otros la mentira y más aun si se produce daño físico o inmaterial a los terceros.
Se dicen que “normales” porque se desempeñan funcionalmente en sus trabajos y otras áreas de su vida, aunque si desde la clínica psicológica, si tiene su alteración psíquica popularmente no son “bobos” ni “locos”.
En la tipología “tres” están los de mayor cuidado ya que buscan provecho para ellos mismos o un tercero, pero siempre pensando en ellos.
Son calculadores y premeditadores al tiempo que no sienten remordimiento por sus acciones, y si lo demuestran es fingido.
Mentirosos, sociópatas, psicópatas y los perversos.
De “bobos” o “locos” no tienen ni un pelo.
En la primera no hay ánimo de lucro económico.
En la dos, al tiempo que se libera de la tensión neurótica de esta tendencia, posiblemente tenga lucro económico para sí o un tercero.
En la tres la mayoría de veces es para obtener provecho en cuanto a tráfico de influencias o económico a favor de sí u otro tercero quizá haya otro tipo de garantías.